¿Cómo desarrollar la inteligencia financiera?

El gran reto del siglo XXI es hacer que los recursos rindan lo más posible. En caso de las personas, las familias y las empresas, siempre se busca maximizar los recursos para satisfacer necesidades. Es por eso que en esta nota te enseñaremos a desarrollar la inteligencia financiera.

En qué consiste la inteligencia financiera

Cuando hablamos de inteligencia, nos referimos a las condiciones necesarias para analizar un proyecto o situación, de manera que podamos afrontarlo exitosamente. Es por ello que la inteligencia requiere de prevención, estudio y paciencia.

Estas cualidades siempre son necesarias para que las empresas y las personas puedan ser más eficientes en términos generales. Sin embargo, en este caso lo que nos interesa es la eficiencia en las finanzas.

Para ello, y si queremos contar con una inteligencia financiera que nos ayude de manera positiva, entonces debemos comenzar por organizar nuestra economía personal. Si mantenemos nuestras cuentas en un desorden constante, la realidad puede convertirse en algo devastador.

En resumen, la inteligencia financiera no es otra cosa que analizar y organizar el estado de nuestra economía, para hacerla más efectiva y alcanzar los mayores beneficios posibles.

Claves de la inteligencia financiera

Si queremos optimizar nuestras finanzas, entonces debemos aplicar los siguientes aspectos de inteligencia:

1. Analizar nuestro estado financiero

En primer lugar, la inteligencia en nuestras finanzas debe incluir un análisis de las condiciones económicas en las que nos encontramos. Así, podremos conocer con exactitud cuáles son nuestros ingresos fijos y variables, así como también nuestros gastos.

Conociendo esta información, también estaremos en la capacidad de determinar si los ingresos que esperamos percibir se están obteniendo correctamente, o si falta alguno de ellos. También es posible observar con detenimiento nuestros gastos, y así establecer si alguno de ellos es excesivo.

2. Organizar nuestras cuentas

Si queremos tener una vida financiera responsable, en la que llegar a fin de mes no sea una odisea, entonces es fundamental que organicemos nuestras cuentas. Es decir, todos aquellos ingresos y gastos deben ser registrados. Así evitaremos usar el dinero de manera desordenada.

Una buena manera de organizar las finanzas consiste en crear un archivo Excel, donde podremos colocar los ingresos que recibimos cada mes, clasificándolos en fijos, variables y extraordinarios.

Del mismo modo, en dicho archivo tenemos que colocar cuáles son nuestros gastos, incluyendo los personales, las deudas, los préstamos, entre otros. Gracias a esto, empezaremos a sanear nuestras cuentas y llevarlas de un modo más ordenado.

3. Planificar nuestros gastos y ahorros

La planificación es otro elemento indispensable de la inteligencia financiera. Si nos planificamos cada mes, es muy probable que esas situaciones de angustia económica que atravesamos usualmente, se vayan reduciendo poco a poco.

Entonces, lo primero que debemos hacer para lograr esto, es establecer un cronograma donde que se detallen distintas fechas en las que se realizan gastos o se obtienen ingresos. Por ejemplo, algunos datos que podemos incluir son los siguientes:

  • Fecha de cobro de salarios, utilidades o bonificaciones.
  • Fecha de pago de servicios públicos.
  • Fecha de pago de las tarjetas de crédito.
  • Fecha de pago del préstamo vehicular o hipotecario.
  • Fecha de pago de la mensualidad escolar.
  • Monto previsto para compra de alimentos.
  • Monto previsto para compra de ropa.
  • Monto previsto para gastos de ocio y entretenimiento.

Aunque pueden incluirse más categorías, todo dependerá de las condiciones socioeconómicas de cada persona, y también de sus necesidades. Obviamente, si mantenemos la disciplina, también será posible ahorrar.

4. Satisfacer nuestras necesidades sin derrochar

Derrochar dinero puede significar la debacle absoluta para muchas personas. Esto consiste en un manejo completamente irresponsable del dinero, malgastándolo en situaciones, productos o servicios que no tienen ninguna justificación.

El derroche puede conducir a contraer más deudas de las habituales, pedir prestado descontroladamente y tener más gastos que ingresos.

Como consecuencia, muchas familias se rompen, muchas personas sufren trastornos psicoemocionales, e incluso hay quienes son alejados por su propio entorno.

Por lo tanto, el derroche financiero no solo conlleva dificultades a nivel monetario, sino también social, lo que puede ser abrumador.

En la actualidad, existen distintas opciones para formarse en este ámbito, y una de las más acertadas son las empresas de asesoría financiera. Al entrar en contacto con una de ellas, recibirás la orientación necesaria para evitar que tu dinero sea malgastado.

Igualmente, es posible evitar el derroche por medio de estos tips:

  • Dejá la tarjeta de crédito para gastos de emergencia.
  • Evitá los sitios caros, como tiendas o restaurantes, si no tenés suficiente dinero para costearlos.
  • Pensá en tus necesidades más inmediatas y en las de tu familia, antes de gastar sin necesidad.
  • Usá una parte de tus ingresos para el ahorro.

En conclusión, podrás desarrollar la inteligencia financiera si asumís con seriedad cada uno de los consejos mencionados anteriormente, ya que solo la superación de los malos hábitos financieros garantiza un buen desempeño en ese ámbito.

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